lunes, 26 de enero de 2009

MUNEZERO

Despertarnos es aquella acción de interrumpir el sueño que lleva asociada una visualización del día que nos queda por delante hasta el próximo sueño, y que se acaba con la separación de las legañas de los ojos. Hay distintos tipos de despertares: según cómo se va el sueño o según cómo nos viene el día. Soy una persona que sufre cuando le separan de sus sueños pero, aquí en África, la inquietud de lo venidero supera la molestia de las despedidas. Ese día tocaba reunión, así que iba a ser el colmo de la indeterminación: adentrarse de lleno en la cultura ruandesa: sus formas de organización, su lengua, sus grandes sonrisas, las miradas; ser ajena a toda la complicidad que había en esas reuniones me incomodaba y provocaba en mí una pesadez y rigidez características. Mi cuerpo no se acostumbraba a esas reuniones.

Una vez recorrido el camino de subidas y bajadas obligado por las incontables colinas del país, llegamos hasta el lugar de encuentro mi compañera de voluntariado y yo. Me detengo un instante delante de la puerta, miro con expectación la sala como si buscara la ubicación o la cara que me dé la seguridad suficiente de que hoy voy a entender algo más que lo que allí se hable. Atravieso la puerta con determinación, me siento y a los poco minutos empieza la reunión.

La reunión empezó como empiezan las reuniones, algo frías. Pero, poco a poco, se fue creando el clima al que me refería. Primero aparecieron los altibajos en la modulación de sus voces, siguieron gestos más o menos bruscos, el Presidente de mi organización haciendo de maestro de ceremonias, más gestos, algunos miembros tomando apuntes y otros comentando vete a saber qué. Las miradas envolviendo todo. No había pasado mucho rato desde el inicio de la reunión y yo ya me sentía como dentro de una densa nube gris que me asilaba del entorno; a duras penas notaba la presencia de mi único lazo con mi entendimiento: mi compañera. De repente, algo cambió la dinámica de la reunión. No sabría decir cómo y menos el por qué, pero todo viró hacia una compenetración entre ellos inusual, había concentración máxima.

- Lucía y Cristina, levantaos – nos dijo con semblante duro nuestro jefe.


Eso sí que no me lo espera, eso era un giro demasiado brusco. Esa voz, que ahora podía entender, se coló por entre la nube gris dispersándola a su paso hasta dejarme desnuda ante la mirada de todos. Supongo que mi compañera sentiría algo parecido. ¡Levantarse para qué, si no debíamos preparar nada; si eras tú el que iba hablar! Ahora las miradas no envolvían nada, se clavaban en nosotras.

- Cristina – repitió mi jefe, esta vez dirigiéndose a la multitud.

Uno de ellos, como por representación de todos, dijo una sola palabra imposible de entender para mí, pero que sonó muy concisa. Los demás asintieron y sonrieron. Las palabras se reproducían en sus bocas alternativamente mientras mi mente se esforzaba por atraparlas, pero era inútil. Manos alzadas, ¡una votación! Mi cara debía ser todo un poema, fiel reflejo de mi interior. Las palabras siguieron pasando de unas bocas a otras hasta caer. Había una ganadora. Uno de los asistentes a la reunión no la había dicho, la había escrito y ahora me la mostraba: MUNEZERO.



MUNEZERO significa la chica que siempre está alegre y esta reunión representaba mi bautizo. MUNEZERO puede ser también su manera de abrirse a mi entendimiento. De todos modos, ¿Quién puede imaginar al despertar que lo van a bautizar en unas pocas horas?

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Mmmm quería publicarlo aquí, pero vamos, el tema es que te llegue.

Por cierto!!! Enhorabuena por tu bautizo!!! MUNEZEROOOO

LuciaMsq dijo...

Que guay xiki!! Me gusta la palabra. Y te lo mereces eres alegre y siempre estás dispuesta a todo con una sonrisa.

Un besote.

Anónimo dijo...

MUNEZERO, NO PUEDO DEJAR DE LEERTE... ES COMO LEER UNA NOVELA INTRIGANTE, CON SUSPENSE, CON FINAL FELIZ... Y XK SÉ K LO ESCRIBES TU AÚN ME GUSTA MÁS. FELICIDADES!!!